Hemos tenido la suerte de participar en este taller y en esta escuela.
Para los que no conocen el lugar, es una escuela rural pero ubicada en las islas del Delta del Paraná. Lugar hermoso, como pocos en el mundo.
Viajamos casi 2 horas en una lancha colectiva, especie de ómnibus del río, en medio de una neblina que ocultaba el fondo de las casas en ambas márgenes.
Ríos Sarmiento, Capitán, Paraná de las Palmas, Paycarabí y escuela. Recogiendo alumnos en el camino.
La escuela preciosa, acogiendo a todos como una escenografía para llevar a cabo los actos de la vida, la educación, el juego, la reunión, el festejo de fechas queridas para todos, y más.
Se festejó el 25 de Mayo, principio de la parición de Argentina. Bandera, himno, acto académico, acto escolar con los chicos. Los padres y alumnos, pobladores de las islas llegados en sus barcos, canoas y lanchas.
Antes del almuerzo se desarrolló el taller de barriletes. Generoso el aporte de los materiales, por parte de gente de BaToCo y otros que sin saberlo, forman parte de este espíritu. Hicimos el famoso Rombo de Roberto, que vuela hasta haciendo sapito remolcado por la lancha.
El sol había salido, pintando todo y dando ánimo para seguir. Como no hubo viento, los chicos los volaron con hilos cortos, corriendo por la cancha de fútbol.
Momentos de raro sentir, cuando vemos los chicos, los barriletes, el juego y nosotros como parte inseparable de todo eso.
El personal de la escuela, nos agasajó y nos hizo sentir como amigos esperados y siempre bienvenidos, que eso es lo que seremos de ahora en más para ellos.
A mí me impactó una señora que esperaba su segundo hijo. Hicimos el barrilete para el primero y me pidió uno para ella. Al final del día, su hijo subió a la canoa, ella soltó las amarras, bajó al bote por la costa mojada con sus 7 meses o así, le dio tres sogazos al motor, lo sacó andando con el pibe a proa y se fue regulando aguas arriba del Paycarabí. Seguramente cosas normales para ellos, pero siguen siendo una maravilla para mí.
Al final de la tarde, volvimos en la lancha dejando padres, alumnos y barriletes por las casas de las islas de la zona. Volamos un rombo azul atrás de la lancha, todo el viaje por el Paycarabí, Paraná de las Palmas y Capitán. Hizo sapitos varias veces en la estela de la lancha, y se lo logró recoger intacto y mojado. Fue un prodigio para todos, niños, adultos y adultiños.
Llegamos a Tigre de noche, navegando entre luces y sombras del río.
No nombraré a nadie para no dejar a nadie afuera. Sólo agradecer a los maestros y personal a cargo, padres y alumnos de la escuela, por coordinar y aunar esfuerzos, y por darnos la oportunidad de tener este regalo para cada uno y poder regalar a otros, un poco, quizá nada, de lo mejor de nosotros.
Un cordial saludo y el recordatorio de la barrileteada del próximo 30 de Mayo frente al Garraham, otra cita para ser mejores.